La británica Lianne Angela Smith mató a sus dos pequeños hijos, Rebecca de 5 años y Daniel de 11 meses, mientras estaban de vacaciones en un resort en España.

La madre actuó bajo una premisa que la tenía obsesionada, ya que temía que le quitaran a sus pequeños porque estaba en una relación con un hombre condenado previamente por abuso y acoso de menores, es decir, un pedófilo.

La tarde del 17 de mayo de 2010 Lianne se encerró en su pieza y puso un cartel en la puerta: “Por favor no molestar, mis hijos están enfermos”.

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Sin embargo, lo que ocurrió dentro de esa habitación fue mucho peor…

Lianne dejó su móvil apagado en casa, desconectó el teléfono fijo y partió con sus dos hijos al lujoso resort Miramar, en Lloret. Aquel lunes por la noche cenó con los niños y los acostó. Una hora después, tras ir al baño, tomó una bolsa de plástico y asfixió primero a su hijo Daniel y luego a su hija Rebecca mientras los abrazaba.

Pasó la noche durmiendo junto a los cuerpos de su pequeños y sólo la mañana siguiente dio aviso a la recepción del hotel. Fue arrestada poco después.

“Terminé con la vida de mis dos niños. Después me tendí en la cama junto a ellos y los abracé y acaricié. Hablé con ellos hasta las 9 de la noche, cuando fui al baño”, contó la mujer en la audiencia.

La mujer dejó una carta reconociendo el parricidio, en la que también explicaba el por qué lo había hecho.

“Nos he podido dar una maravillosa vida juntos”, decía aquella carta.

Tristemente, ningún familiar acudió a los funerales de Daniel y Rebecca, consignó El País.

El hecho ocurrió apenas dos semanas después de que su pareja por 18 años, Martin Smith, de 45 años, originalmente de North Shields, Inglaterra, fuera arrestado en Barcelona por delitos sexuales cometidos contra menores en el Reino Unido.

Ella temía que los niños fueran tomados por los servicios sociales después de que el fugitivo, quien además trabajaba como psíquico en televisión, fuera detenido.

La pareja, que compartía un apellido pero no estaban casados, había huido a España después de que Smith fuera acusado de las violaciones. Posteriormente, él fue sentenciado 16 años por violar repetidamente a su hijastra durante 10 años, y terminó ahorcándose en la cárcel de Mánchester.

Por otra parte, Lianne Smith fue condenada a 30 años de prisión -15 por cada asesinato- tras los juicios en Girona, España.

Durante los interrogatorios y en su carta de confesión, Lianne culpó a su hija mayor, de 22 años, y fruto de una relación anterior, de haber provocado la tragedia luego de haber ‘inventado’ los abusos de Martin.

Aunque el tribunal reconoció que Smith sufría de un estado mental alterado al momento de los hechos, sólo lo consideraron un atenuante y no un excluyente a la hora de la sentencia.