De acuerdo a Daily Mail, hace unos treinta años atrás Khalil Rafati era un vagabundo, adicto a la heroína, que estaba completamente demacrado, cubierto en úlceras, pesaba sólo 48 kilos y vivía en la ciudad de Los Ángeles. Pero logró salir adelante y hoy en día es un feliz millonario.
El originario de la ciudad de Toledo, Ohio, Estados Unidos, se fue muy joven de su hogar y llegó a Los Ángeles para escapar de una niñez de abusos sexuales, y aunque en un momento estuvo bastante bien viviendo su sueño en Hollywood, todo se derrumbó cuando probó la heroína. Él describió ese momento como “me olvidé de morir”, ya que esa droga le entregó la niñez que siempre había soñado.
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De a poco comenzó a entrar en una adicción que se le salió de las manos, por ejemplo, en una fiesta realizada en Malibú, Rafati se inyectó una sobredosis de heroína que lo dejó al borde de la muerte, pero los paramédicos le salvaron su vida. Después de eso, el hombre se unió como voluntario en la cárcel de Los Ángeles, donde se dedicó a cuidar de su salud y a estar sobrio.
Pero todo cambió cuando un amigo le presentó unos jugos y comidas especiales, desde ahí Rafati quedó tan encantado que comenzó a crear sus propios jugos para dárselos a probar a pacientes y a trabajadores del centro de rehabilitación de Riviera. Fue ahí donde creó su primer smoothie llamado Wolverine, el que más tarde se convertiría en una marca registrada: SunLife Organics.
“Mucha gente comenzó a venir al centro de rehabilitación sólo para disfrutar de mis jugos”, dijo al medio inglés. Ahí supo que tenía que crear su propia empresa y gracias a unos ahorros que tenía, más la ayuda financiera de un amigo creó su tienda. El bar de jugos se hizo conocido por las largas filas de gente esperando recibir su ansiado bebestible, llamados “El elixir de la vida” o “La felicidad”. En tan sólo cinco años Khalil logró crear un imperio de que él aceptó que le salvó su vida.
