Sam Pothecary (27), estaba devastada luego de que su médico le dijera que no escucharía jamás respirar a su bebé porque lo más probable es que ya estaba muerto, y lo peor, es que todo esto fue mientras ella se encontraba dando a luz en plena cesárea.

De acuerdo a The Sun, los padres no se dieron por vencidos, le rogaron al doctor que salvara a su pequeño. Fue ahí cuando el especialista les dijo que mejor lo hicieran como un parto natural. Luego de ocho horas de trabajo, finalmente Sam tuvo a su hijo vivo entre sus brazos.

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La matrona corrió llorando para avisar a todos los médicos que el bebé estaba vivo. Nadie lo podía creer. Matt y yo lloramos de la emoción y nos dimos cuenta que el doctor había cometido un terrible error porque dijo que mi hijo había muerto dentro de mí“, contó la madre al diario británico.

Tras el nacimiento del pequeño, debió quedar en estado de cuidados intensivos, ya que como los doctores pensaban que el bebé había muerto, le inyectaron tóxicos medicamentos a Sam, los que pudieron haberlo afectado, con posibilidades de tener daño al cerebro.

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Pero después de un tiempo de mucho cuidado, el pequeño llamado Archie se recuperó. Obviamente los padres decidieron querellarse contra el hospital y luego de unas disculpas por parte de los médicos y la Institución, recibieron una compensación.

Fue la primera vez que quedé embarazada y todo lo que quería en el mundo era ser mamá“, señaló Sam.

Cabe señalar, que actualmente Archie tiene cuatro años y es un niño bastante saludable y alegre, quien está más que feliz de entrar al colegio y jugar con su hermanita.

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