Una niña de 11 años murió luego de quedar embarazada de mellizos tras una violación grupal de agentes del mal llamado Estado Islámico(EI) en Siria, en una práctica delictiva y horrorosa que parece ser parte de su cultura.
Fue sólo parte de las cruentas realidades que vio la joven Joanna Palani, que a sus 22 años decidió dejar sus estudios y su hogar para luchar contra los terroristas y el gobierno de terror y sangre de Bashar al-Ásad en Syria.
Niñas y niños secuestrados, humillados, violados y convertidos en verdaderos esclavos sexuales. Asesinatos, fusilamientos, decapitaciones y la muerte e su compañero justo frente a sus ojos, eliminado por un franco tirador que vio el humo de su cigarrillo. Eso es sólo parte de la oscura realidad que vivió esta danesa de 23 años y origen kurdo, en su viaje de un año a este Estado transformado en territorio de guerra.
Lee también: Investigan posible violación de 30 hombres en contra de una adolescente de 17 años
Preparada en uso de armamento, técnicas de autodefensa y tácticas militares, desde la temprana edad de nueve años, Joanna viajó para entrenar mujeres del territorio de Kurdistán (un estado sin tierra, similar al palestino) que luchan por evitar la ocupación de sus terrenos históricos y el asesinato de su gente por parte del califato de terror del más violento grupo terrorista de los últimos tiempos.
No sólo muchas la aplaudían por su valentía y por el hecho de arriesgar su vida por una causa ajena. Otras la usaban como paño de lágrimas, enviado cartas sobre los horrores que vivían condenadas a la dominación física y sexual de los miembros del EI.
“Recibí cartas terribles de niñas en ‘cautiverio’, describiendo como habían sido brutalmente violadas por los guerreros del Estado Islámico y lo desesperadas que estaban por escapar. Aunque soy una luchadora, es difícil leer como una niña de apenas 10 años está al borde de la muerte porque está sangrando después de ser violada”, aseguró la danesa a Vice.
Dentro de estas historias está la de pequeña de 11 años que fue capturada y convertida en esclava, retenida en una casa, especialmente destinada a estos efectos. Luego de una violación grupal de los agentes del Estado Islámico, la niña quedó embarazada de mellizos, pero al poco andar de su embarazo falleció.
“Todas las chicas eran menores de 16 años, algunas eran muy pequeñas. Conocí a una chica que tuvimos que llevar al hospital. Era una cristiana siria y murió sosteniendo mi mano. Tenía 11 años y estaba embarazada con gemelos. Su carita estaba tan hinchada, simplemente no estaba bien, recuerdo al médico llorando y gritando”, cuenta, revisitando el doloroso momento, Joanna, que contra su voluntad, debió volver a su país, luego de que la embajada negara la extensión del pasaporte, en una política destinada a evitar que jóvenes se unan al EI, muy distinto al caso de esta bella y valiente mujer, que siente remordimiento y dolor por no poder seguir ayudando a víctimas como esa pequeña a la que vio morir.
