El estado físico ha sido un tema que día a día ha ido adquiriendo más adeptos, pero en muchas ocasiones hay factores que no ayudan en esta tarea, y costear un gimnasio no es una buena alternativa para conservar la figura.

Ante este motivo tres son los ejercicios que todo buen deportista debe tener en consideración a la hora de practicar cualquier deporte y que, independiente sea el caso, proporcionan un buen entrenamiento que ayuda tanto a deportistas aficionados, como profesionales. Las flexiones, la plancha y las sentadillas.

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Una buena noticia es que su utilización no requiere de mayor inversión ni un equipo especializado para su practica, aunque si hay que tener cuidado con la postura, según lo explicó el preparador físico británico, Martín Cullen, a la BBC.

Flexiones

Según el especialista deportivo, este ejercicio corresponde a una de las mejores maneras de fortalecer la parte superior del cuerpo, pero cuidado. Su práctica debe ser controlada y pausada, evitando movimientos bruscos.

Aquí la postura será fundamental, sino se correrá el riesgo de sufrir algún tipo de lesión.

El movimiento debe iniciar con el cuerpo boca abajo, apoyándose en los brazos colocando las manos a una distancia superior a la de los hombros. Luego, con el cuerpo recto donde tobillos, rodillas, caderas y hombros estén alineados, se comienza a bajar, siempre con la mirada puesta en el piso.

Es importante que la pelvis no caiga al suelo ni que tampoco se levanten los glúteos, y el pecho debe tocar levemente el suelo, manteniendo los codos en una posición de 90°. Una vez realizado se debe empujar a la posición inicial.

Plancha

Estas corresponde a un ejercicio isométrico, por lo cual no tiene movimientos, pero cuidado, que exigirá una alta resistencia.

Será acá donde diversas partes del cuerpo interactuarán entre si, tales como cuello, espalda, trasero, hombros, antebrazos y pelvis. Todo tiene que estar muy bien alineado, y no se debe forzar la postura de ninguna de estas partes si lo que se busca es evitar lesiones.

Sentadillas

Este ejercicio trabaja los más grandes músculos del tren inferior del cuerpo, pero quienes lo practican suelen caer en múltiples efectos que reducen su efectividad.

Primero hay que separar los pies y nivelarlos a las caderas. Los dedos deben apuntar un poco hacia afuera.

Luego se doblan las rodillas para bajar el torso, sin dejar que estas cedan por la posición y peso, doblándose hacia en interior y, la espalda debe permanecer siempre recta. Por su parte el trasero debe estar apuntando, siempre, hacia atrás.

Tras una brebe pausa, se debe subir manteniendo la cabeza recta, siempre con la vista al frente y el pecho extendido, sin que se vaya hacia adelante.