El joven británico Ben Innes iba como pasajero en un vuelo que se dirigía a El Cairo desde Alejandría, sin embargo, un secuestrador tomó posesión del avión con una bomba atada a su cintura. O eso parecía.
El egipcio Seif Eldin Mustafa retuvo a los 55 pasajeros y 7 tripulantes del Airbus A320 de EgiptAir con el fin de desviar el recorrido hacia el aeropuerto de Lárcana en Chipre, bajo la amenaza de hacer estallar los dispositivos explosivos.
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A pesar del pánico que generó entre los pasajeros, Innes se acercó hasta el secuestrador con una peculiar petición: quería que le tomaran una fotografía junto a él.
Ante la inesperada consulta, Mustafa accedió y posó con el valiente hombre de 26 años. Además, como si fuera lo más normal, Innis envió la fotografía a un amigo al que además le dijo que pusiera las noticias.
“No tenía idea de por qué se tomó la foto pero me imagino que se ofreció a hacerlo porque él no le teme a nada. Me parece bastante loco, peor, supongo que así es Ben”, contó el amigo que recibió la imagen al diario Daily Mail.
Tras un par de horas de negociación, el egipcio liberó a todos los rehenes. Sus peticiones eran extrañas, entre ellas que la policía le hiciera llegar una carta a su ex esposa, una chipriota llamada Marina Paraschou, motivo por el que se sospecha desvió el vuelo.
También se descubrió que las bombas que traía atadas a su cuerpo sólo se trataban de carcasas de teléfonos móviles. Cabe señalar que Mustafa quedó detenido por la policía local.
Sin dudas este peculiar rapto quedará en la memoria de todos sus progatonistas
