Como le ocurre a muchos padres, Jin Hua Lu recibió a su hijo dos meses antes de lo esperado. El pequeño bebé debió permanecer en una incubadora de un hospital chino durante 23 días, hasta que estuvo lo suficientemente sano para regresar con su familia.
El menor de edad fue dado de alto para el Año Nuevo Chino, pero dos días después, el niño comenzó a mostrar signos de decoloración, por lo que fue llevado de urgencia al hospital, como recoge el medio inglés Mirror.
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En el centro médico, su corazón dejó de latir, por lo que fue declarado clínicamente muerto y sus padres decidieron que dejaran de intentar reanimarlo.
El cuerpo del pequeño fue cubierto por dos frazadas y depositado en una nevera de la morgue durante la noche, para que así se conservara en buen estado mientras su familia preparaba una ceremonia de cremación en la ciudad de Jinhua.
Pero cuando los trabajadores de la morgue regresaron a buscar su cuerpo para facilitarlo a sus familiares… se encontraron con el bebé vivo y llorando.
Los médicos no se explican cómo “resucitó” un menor de edad que pasó 15 horas en una nevera fúnebre, a temperaturas que alcanzaban los -12°C. El pequeño fue llevado a urgencias y ahora permanece bajo observación en una incubadora.
