La dueña de la casa “más embrujada de Gran Bretaña” decidió venderla nuevamente luego de quedar traumatizada al ver el fantasma de una “cabra satánica”“.
Vanessa Mitchell de 43 años vivió los últimos 11 años en la casa, luego que nunca supiera su verdadera historia cuando se mudó allí en 2004. La vivienda, conocida como “la jaula”, fue antiguamente una prisión medieval y sede de la mayor caza de bruja de ese tiempo, donde ocho mujeres murieron en el siglo XVI.
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Vanessa asegura haber visto muchos fantasmas durante el tiempo que vivió en la casa ubicada en la localidad de Essex. También afirma haber sido agredida cuando estaba embarazada, recibiendo un golpe tan fuerte en su vientre, que incluso vio salpicaduras de sangre en el piso, consigna el medio inglés Metro.co.uk.
A pesar de esos episodios, Mitchell decidió continuar viviendo ahí por más de una década, siendo la segunda dueña que más dura en la residencia, pues su anterior dueño vivió apenas cuatro años.
Vanessa quiso poner en venta la propiedad luego de tomarse una selfie donde, según ella, se puede ver a una cabra fantasma a sus espaldas, lo que probaría la presencia de fuerzas del mal operando en la casa.
“Honestamente creo que la casa está maldita. He vivido allí por varios años pero creo que ver a una figura alta y oscura parada detrás de mí, fue el colmo“, indicó.
La mujer compró la casa en 2004 por aproximadamente 152 millones de pesos, y asegura que nunca fue advertida de actividades paranormales.
Uno de los incidentes más terroríficos que vivió Vanessa, fue cuando estaba embarazada de ocho meses de su hija Jesse que ahora tiene ocho años.
“Fue absolutamente aterrador, solo recuerdo que sentí una fuerza como que si alguien me empujara y se cayera a mi lado. Cuando estaba en el suelo, simplemente me quedé allí en estado de “shock”“, agregó.
“Estoy vendiendo la casa ahora porque se ha vuelto cada vez peor. Estamos capturando evidencia todo el tiempo de los espíritus torturados dentro. He traído a cada médium, psíquica e investigador para tratar de deshacerme de lo que pasa allí, y no he conseguido nada
