El joven Taylor Thyfault se encontraba entrenando para convertirse en un patrullero de Colorado, cuando fue atropellado por un conductor que huía de una persecución policial. Fue así como el aspirate a uniformado perdió la vida a los 21 años, dejando a su madre, Carole Adler, con el corazón roto.

Para superar el dolor del duelo, la mujer continuó escribiéndole mensajes a su antiguo número de teléfono, diciéndole cuánto lo extrañaba. “La necesidad de escribir para hablarte es fuerte esta noche. Te extraño. Demasiado. Sólo quiero verte y oírte. No quiero que te vayas lejos de mí”, le dijo.

Lee también: El inesperado regalo que una familia recibió de su hija muerta: Un mensaje embotellado

Jamás imaginó que le llegaría una respuesta de vuelta, aunque claramente, no había sido escrita por su hijo. “Soy del Departamento de Policía de Greelye y no creo que tus mensajes vayan a donde tú quieres”, fue lo primero que le escribió el sargento Kell Hulsey. El uniformado se había conseguido un nuevo número y al principio había ignorado los mensajes de Carole, hasta que aquel lo conmovió demasiado como para dejarlo pasar.

Carole Adler
Carole Adler

El sargento ofreció regresarle el número, pero ella insistió en que se lo quedara; a Carole le gustaba la idea de que lo tuviera alguien viviendo el sueño de su hijo. “Lamento mucho tu pérdida y estoy muy orgulloso de servir junto a muchos jóvenes como tu hijo”, le escribió Kell. “Me siento honrada de que alguien con tus méritos tenga su teléfono”, le dijo ella.

Carole y el sargento aún se escribe y él afirma que la historia del difunto Taylor lo ayudó a volver a apasionarse por su carrera, mientras siente que un ángel lo acompaña. “Es bueno para mí recordar todas las cosas maravillosas que él esperaba hacer. Es como tener un pequeño ángel en mi bolsillo ahora”, declaró el uniformado.

Carole Adler
Carole Adler

El día en que Taylor murió arrollado por el conductor, logró advertir a otro chofer de lo que ocurría, salvándolo de sufrir la misma suerte. “Si me preguntan, él lo haría de nuevo, porque se sacrificó por alguien más. Él vivió, soñó y respiró eso”, concluyó su madre.

Aunque aún le duele que no haya cumplido sueños como luchar con un cocodrilo, formar una familia y comprarse un bulldog inglés, sabe que logró lo más importante: ser el mejor hijo, soldado y amigo posible.

Carole Adler
Carole Adler