Desde conmoción hasta aplausos despertó el asesinato de un hombre en manos de una joven madre turca, identificada como Cilem Dogan. La mujer se mostró sin ningún remordimiento mientras la custodiaban las uniformadas rumbo a su celda y para dejar bien claro el mensaje, se puso una peculiar polera.
“Querido pasado, gracias por todas las lecciones. Querido futuro, estoy lista”, se leía en su ropa. El hombre habría intentado forzarla a prostituirse, desatando su violenta defensa: “¿Las mujeres mueren siempre (en Turquía)? Dejemos que algunos hombres mueran también. Lo maté por mi honor”, declaró la mujer, como consigna Hurriyet Daily News.
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Su esposo de 33 años, Hasan Karabulut, fue encontrado muerto con seis impactos de bala el 8 de julio. Cilem, a pesar de que se había divorciado de él, seguía viviendo bajo el mismo techo por el bien de su hija, como traduce Página 7. “Él llegó a la casa en la mañana del día del incidente. Durmió un rato y luego quiso preparar su equipaje. Le pregunté por qué. Él me dijo que iríamos a Antalya juntos y que me convertiría en una prostituta”, relató la mujer a la policía.
Al oponerse, el hombre la golpeó: “me empujó contra la cama y me acordé de la pistola bajo la almohada. La cogí y le disparé repetidamente. Luego tomé a mi hija y me fui”, agregó. La mujer fue hallada en la casa de su padre y confesó el asesinato inmediatamente.
Cuando la esposaron, la mujer turca levantó los pulgares a los reporteros. Eso la hizo convertirse en un insólito ícono de la lucha contra la violencia de género, si bien otros denuncian que “la violencia no soluciona la violencia”. Cabe destacar que desde el primero de enero más de 100 mujeres han sido asesinadas por hombres en Turquía y la mayoría de estos eran sus parientes o esposos.
