Cuando comenzó la secundaria, la joven estadounidense Rebecca Townsend escribió una carta a sí misma para recordar las tres principales cosas que quería lograr en la vida. Sus objetivos eran ir a España, besar en la lluvia y salvar una vida, y a lo largo de los años, logró cumplir los dos primeros, por lo que sacó la nota de la pared y la dejó sobre su cama, tal como relató una amiga.
La adolescente de 17 años no sabía que cumpliría el último punto en unas horas y cuando faltaban sólo días para que se graduara. Ella y su compañero de clases, Benjamin Arne salieron a ver los fuegos artificiales del 4 de julio. El problema es que cuando volvían del show, que se encontraron frente a frente con un auto que había pasado un semáforo en rojo, como detalla la revista femenina Cosmopolitan.
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En ese instante, Rebecca sólo logró empujar a Benjamin fuera del camino, razón por la que hoy está vivo, pero recuperándose de series lesiones; mientras que la bella chica perdió la vida en el mismo lugar. Hoy, sus amigos y familiares le rinden memoria en una conmovedora página de Facebook, Remembering Rebecca, donde realizan actos de bondad para recordar su nombre.
“Rebecca era apasionada por su trabajo de servicio y en caridades, trabajando constantemente para mejorar las vidas de otros. Por esta razón, creamos esta página, para que la gente pueda compartir un recuerdo o documentar formas que mantengan vivo su espíritu, mostrando compasión a los demás”, escribieron en la plataforma.
La organización She’s First es una de las que se unió a esta cruzada solidaria: “Rebecca debería haber empezado a ir a la Universidad de Notre Dame este otoño. En honor a la educación que se le fue arrebatada, enviaremos a una escolar de Guatemala al plantel en nombre de Rebecca”, escribieron en Facebook.