Lo que iba a ser el día más feliz de su vida, acabó en tragedia. Hablamos de Rachelle Friedman Chapman, una mujer estadounidense proveniente de Raleigh (Carolina del Norte), quien sufrió un feo accidente en su primera despedida de soltera, celebrada en mayo del 2010.
Esta se encontraba disfrutando de la piscina y la compañía de sus amigas, cuando ocurrió algo aparentemente inocente: una de sus damas de honor la empujó a la piscina. Lamentablemente, Rachelle cayó mal al agua “sentí que caía en una parte menos profunda. Escuché un fuerte crujido y no pude sentir nada desde mi pecho hacia abajo”, explicó al medio inglés Metro.
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Esta se había quebrado el cuello, accidente que la dejó completamente paralizada desde el pecho hacia abajo. Increíblemente, esta decidió hacer una promesa: jamás revelaría el nombre de la dama de honor que cometió el error. “Ella estaba traumatizada, así que no quise hacerla sentir peor revelando su identidad”, señaló, como tradujimos en Página 7.
“Le pedí a mis damas de honor que tampoco revelaran su identidad. Todas nos sentíamos mal por ella. No la culpo, de hecho, seguimos siendo amigas hasta hoy”, agregó Rachelle. Lamentablemente, la boda debió ser cancelada y no la pudo celebrar hasta el 2011. La mujer que la empujó a la piscina también estuvo invitada, “era duro para ella, pero quería que estuviera ahí”, explicó.
El camino no ha sido fácil: esta valiente mujer quedó devastada cuando los médicos le dijeron que no podría embarazarse, debido a los medicamentos que toma para controlar su presión sanguínea. Finalmente, gracias a una amiga de la universidad, Laurel Humes, esta pudo tener una madre sustituta que cargara con su bebé en el vientre.
En abril de este año, nació la pequeña Kaylee. “Tiene los ojos azules de Chris y su sonrisa, ella es tan hermosa”, afirma Rachelle. Y agregó: “La dama de honor que causó el accidente ya conoció a Kaylee. Espero que algún día pueda perdonarse a sí misma. Yo sólo me concentraré en el futuro y amaría tener más hijos”.
