Como salida de un cuento emerge desde las profundidades una ciudad que se mantuvo sumergida durante 20 años. Hablamos de Villa Epecuén, localidad que alguna vez fue un importante punto turístico, pero que por distintas fuerzas de la naturaleza ya no luce como antes.

esta ciudad fantasma se ubica a 600 kilómetros de la capital trasandina, situada a un costado del lago Epecuén y recuerda un poco al abandono de Pripyat (ciudad abandonada por el desastre nuclear de Chernóbil). Fue fundada el 23 de enero de 1921 y se convirtió en una localidad turística que durante los años setenta logró albergar a unos 25 mil turistas en búsqueda de reposo, además de judíos que llegaban al lugar buscando la salinidad del mar, similar a la del Mar Muerto.

Lee también: El extraño fenómeno que afecta a un pueblo de Australia: Lluvia de arañas

El lugar fue famoso por su turismo medicinal; alrededor del “Mar de Epecuén” se construyó un pueblo que contaba con hoteles, residencias, fábricas y viviendas que dieron forma a esta ciudad. Finalmente llegó la industria del ferrocarril para explotar un recurso muy abundante en el lugar que atrajo a una población estable para desarrollar la industria de la sal, según lo informado por el portal web ABC.

Villa Epecuén | ABC
Villa Epecuén | ABC

Toda la magnificencia alcanzada durante los setenta terminó el 10 de noviembre de 1985, cuando una inundación desbordó el terraplén que protegía a la ciudad de la crecida del lago. Tras dos semanas las crecidas, el lago Epecuén obligó a los habitantes de la ciudad a dejar sus casas, y con el paso del tiempo terminó por desaparecer los vestigios de una ciudad, que ahora reaparece devastada.

En 1993 se comenzó con una serie de obras para regular los caudales de agua hacia la laguna, por lo que ésta fue descendiendo de manera paulatina. El resultado fue la aparición de los cimientos de una ciudad que vuelve a atraer a miles de curiosos turistas.