Un año atrás, la foto de una modelo descansando en bikini, sin importarle su bolsa de colostomía pegada al abdomen, se convirtió en viral. Fue así como la inglesa Bethany Townsend se convirtió en una inspiración y visualizó un problema de salud que antes avergonzaba a las personas.
Son cientos los que tienen que pasar por una cirugía de colostomía, la cual consiste en sacar “un extremo del intestino grueso a través de una abertura hecha en la pared abdominal. Las heces que se movilizan a través del intestino drenan a través del estoma, hasta la bolsa adherida al abdomen”, como explica el portal de salud MedlinePlus.
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Por lo general, quienes sufren enfermedades inflamatorias del colon deben pasar por esta intervención, como fue el caso de Hattie Gladwell, quien con sólo 19 años se sometió a esta operación. Al principio, la adolescente tenía terror a no poder llevar una vida normal. Hoy, es una conocida bloguera, quien relata con honestidad sus vivencias con una bolsa de colostomía.
En su web ha hablado de temas como el sexo, salir a bailar y volver a ponerse un traje de baño con este artículo pegado al abdomen. “Me enviaron al hospital sospechando una apendicitis, pero después de dos fallidas colonoscopías, mi apéndice afuera y un horrible dolor, finalmente fui enviada a cirugía de urgencias para mi estoma”, detalló al medio británico Daily Mail.
Recién ahí se dieron cuenta de que sus terribles dolores eran una colitis ulcerosa y no “problemas de mujer”, como varias veces los calificaron. Primero, esta reaccionó con miedo y no quería que la gente viera su bolsa: “las primeras semanas era imposible mirar hacia mi estómago sin querer llorar”, detalló.
Hasta que semanas después, “decidí que lo peor que podía hacer era ocultar tan traumática experiencia. Mi estoma es parte de mí ahora y es lo que salvó mi vida, no tengo razones para estar avergonzada de eso”, concluyó.
Compartir sus vivencias fue la mejor de las curas y hoy “he cambiado. Me he vuelto más confiada después de escoger aceptar mi cuerpo”, detalló la joven. Hoy, no tiene problemas en modelar un bikini o salir a bailar con sus amigas. Su vida continúa con normalidad… excepto que ahora tiene cientos seguidores quienes leen sus historias y la apoyan. ¿Qué mejor?
