Hace un par de días, se difundió por las redes sociales un video en el que un grupo de adolescentes mantienen diversas prácticas sexuales. Tal fue el escándalo, que “La Fifi” -seudónimo de la única niña presente en la grabación- se convirtió rápidamente en trending topic, con más de 80 mil menciones en Twitter.
La repercusión del clip fue tal, que varios usuarios han hecho un llamado a no difundir ni reproducir el registro, sin embargo, no faltan quienes lo continúan haciendo o hasta se ríen del asunto, recordando el polémico caso de “Wena Naty”.
Ante esto, ¿qué puede llevar a que una adolescente cometa algo así? Para la docente de Psicología de la Universidad del Pacífico, María Ester Buzzoni, podrían existir distintos factores, entre ellos “la necesidad de llamar la atención, la carencia afectiva, una relación familiar destructiva, miles de elementos”, explica en una entrevista para Página 7.
Para la experta, la sobreexposición de la vida sexual de esta joven y de los otros chicos presentes en el clip, “puede tener consecuencias traumáticas” y hasta puede haberse originado “a partir de un trauma anterior”. Otro factor que se le suma, es el hecho de que es una adolescente, por lo que quizás “ella no pueda anticipar los peligros y consecuencias que pueda tener esto”.
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En lo mismo coincide la psicóloga María Inés Diez, quien es académica de la Universidad del Desarrollo: “Un problema de la sociedad actual es el límite entre lo público y lo privado, entre la intimidad y lo compartido socialmente. Esto es especialmente complejo en la adolescencia, puesto que los jóvenes pueden ser mas arriesgados en ciertas prácticas, sin tomar los debidos resguardos”.
Esta conducta sería comparable a cuando los estudiantes beben en exceso, prueban drogas o practican deportes extremos, porque tienen “la sensación de que a ellos no les pasará nada”, agrega Diez consultada por Página 7.
POR QUÉ PARAR LA VIRALIZACIÓN
Aunque la reproducción de este material es totalmente ilegal y el Sename junto a la PDI ya están trabajando en el caso para dar con los responsables de su divulgación, aún existen miles de chilenos que abarrotan Google buscando “el video de la Fifi”.
Buzzoni afirma enfáticamente que esta grabación “no la he visto, no la voy a ver y no hay que hacerlo”. Ella se ha visto sorprendida ante “la necesidad de las personas de ver, sin tener conciencia de la revictimización” a la que llevan a la joven de 15 años cada vez que lo hacen.
Es por esto, que la académica de la Universidad del Pacífico llama a mirarnos como sociedad antes de emitir juicios contra “La Fifi” o su familia: “es necesario protegerla, esa es la función de los adultos a su alrededor”. Y nos recuerda que “aunque ella haya participado activamente en esta grabación, es una niña que queda ubicada en un lugar vulnerable”, concluye.
