Las historias de transformaciones corporales están por todas las redes sociales, portales y revistas, pero es común que sólo veamos la punta del iceberg de la historia. Específicamente, el triste “antes” y el perfecto “después” de la persona. Pero el proceso no suele ser tan fácil, tal como lo retrató la fotógrafa Julia Kozerki.
La joven proveniente de Milwaukee, Estados Unidos, decidió capturar imágenes de ella misma sin retoques digitales, mientras luchaba contra “la comida, la obsesión, el auto control y mi misma imagen”, detalló a la revista Good Housekeeping.
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Su transformación comenzó mientras estudiaba fotografía en el Instituto de Diseño y Arte de Milwaukee, por lo que naturalmente quiso documentarlo tras la cámara: no fue menor, ya que pasó desde los 153 kilos a los 80.
“Durante muchos meses, fui la única que veía las fotos que tomaba, ni siquiera mi esposo las conocía. Eventualmente, comencé a compartirlas con los críticos de mi clase y quedé impresionada al escuchar tanto apoyo”, declaró.
En las imágenes Julia luce vulnerable, muchas veces sin ropa y muestra todos los efectos de una extrema baja de peso: la piel suelta, las estrías, los problemas de proporción, la celulitis. Es su honestidad ante la cámara lo que vuelve tan poderosas a estas imágenes.
“Creo que el aspecto menos valorado de la pérdida de peso es el emocional. Existe un gran enfoque en el aspecto y los números, y no mucho en cómo se siente la persona. Creo que es de ahí de dónde viene el estigma y la vergüenza”, agregó.
La idea de bajar de peso vino con su matrimonio: de hecho, ella posa con su vestido de novia en una de las imágenes. “Fue ahí que supe que necesitaba reevaliar mi estilo de vida y hacer cambios positivos que no sólo me beneficiarían a mí, sino que también a mi familia”, señaló a este revista. Te dejamos las mejores imágenes de su serie “Half” (Mitad, en español):
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