Su cara de dolor lo dice todo: la mujer en la portada es Laura Strange, una de las 340 convictas estadounidenses cuyos bebés nacen anualmente en la cárcel. Ella está cumpliendo condena en la Cárcel Estatal del Valle de California y tendrá que esperar dos años más para volver a ver su hija, Haley.

Esta cruda situación que sufren cientas de madres está siendo documentada por el fotógrafo Mark Allen Johnson, a quien le dieron acceso a la prisión y para visitar a las convictas embarazadas, como recoge el medio británico Metro.

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Lamentablemente, esperar un bebé no te da un tratamiento especial en la prisión: muchas deben entregar a sus hijos, ya que existen sólo 75 camas en todo el sistema para que las “madres de bajo riesgo” puedan permanecer con sus infantes.

Mark Allen Johnson
Mark Allen Johnson

Lo peor de todo, es que si no tienen parientes que puedan cuidar a sus bebés, estos probablemente terminarán en el sistema de adopción, sin importar cuánto los amen sus madres. En el caso de Laura, ella sólo pudo pasar 2 horas y 15 minutos junto a su hija, para luego dejarla en manos de su abuela.

Te invitamos a revisar parte del trabajo de Mark Allen Johnson:

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