Tras 32 años de ocurridos los hechos en Francia, el misterioso caso del asesinato de un niño, llamado Grégory Villemin, tuvo un inesperado giro.

Este miércoles la policía detuvo a tres familiares que podrían aclarar qué sucedió con él.

El caso conmocionó por años a Francia por sus ribetes que inspiraron más de tres mil artículos de prensa, medio centenar de trabajos universitarios, un telefilm y una quincena de libros.

Enigma policial

Este enigma criminal estuvo acompañado de un “desastre judicial” en la década de 1980.

El cadáver de Grégory fue encontrado la noche del 16 de octubre de 1984, atado de pies y manos en el río Vologne, en la región de los Vosgos. Tenía 4 años y en su cuerpo no había señales de violencia.

Este descubrimiento marcó el comienzo de un caso sin culpable claro ni móvil aparente, que tuvo en vilo a todo un país durante mucho tiempo.

La investigación fue reabierta en 1999 y luego en 2008. Hasta la fecha se han tomado más de 400 muestras de ADN, se interrogó al menos a un centenar de testigos y se recibieron casi dos mil mensajes anónimos.

Un primo del padre, Bernard Laroche, fue inculpado y luego liberado. El padre, Jean-Marie Villemin, convencido de su culpabilidad, lo mató con una escopeta de caza, por lo que pasó cuatro años en prisión. Esto ocurrió en 1985.

Pocos meses después un juez se centró en la madre de Grégory, señalándola como culpable. Recién en 1993 fue declarada inocente por “ausencia total de pruebas”.

El giro del caso

Este miércoles, para sorpresa de todos, hubo un giro inesperado: Marcel Jacob, tío de Jean-Marie Villemin; y su mujer, Jacqueline, fueron detenidos en la localidad de Aumontzey, en los Vosgos, según una fuente cercana al caso.

Una cuñada del padre de Grégory, Ginette Villemin, fue también detenida, según la misma fuente. Los tres fueron puestos en prisión preventiva.

Los abuelos del menor, Monique -cuyo estado de salud no permite que sea encarcelada- y Albert Villemin, fueron interrogados.

Estas detenciones, “que atañen a personas muy cercanas al caso, tienen por objetivo aportar respuestas a preguntas planteadas, algunas desde hace mucho tiempo”, dijo en un comunicado Jean-Jacques Bosc, fiscal general de Dijon.

Los arrestos fueron hechos por “complicidad en asesinato, no denuncia de crimen, denegación de asistencia a persona en peligro y abstención voluntaria para impedir un crimen”, según la prensa local.