La ONG de Estados Unidos, Health Effects Institute (HEI), publicó su informe del Estado Global del Aire 2017, el que arrojó que las muertes en Chile atribuidas a contaminación atmosférica han aumentado desde 1990. Desde el Ministerio del Medio Ambiente contradijeron estas cifras y sostuvieron que las muertes asociadas al esmog han disminuido.

Entre los datos más relevantes del informe, se encuentra que la contaminación atmosférica provocó 4,2 millones de muertes prematuras en el mundo, de las que más de la mitad se produjeron en China e India, que están entre los países con peores niveles de contaminación por Material Particulado (MP) 2,5, que es el más dañino para la salud debido a que por su tamaño facilita su entrada al organismo.

El estudio también incluyó datos de Chile: la mortalidad atribuida a contaminación del aire pasó de 4.800 personas en 1990 a 5.900 en 2015.

Esta cifra fue desmentida por el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien sostuvo que según las estimaciones de la institución, la cifra estaría cercana a las 3 mil muertes, lo que implicaría una disminución en comparación con los cerca de 4 mil que calcularon en 2012.

En Chile, de acuerdo a los datos del informe, el nivel promedio de MP 2,5 anual ha variado entre 21 y 23 microgramos por metro cúbico desde 1990. En 2015 fue 21 µg/m³ (nivel país).

La explicación sobre esta diferencia, asegura Mena, tiene relación con que este tipo de organizaciones que realizan cálculos globales con “la información que tengan disponible”, lo que en este caso habría sido con datos previos a los planes de descontaminación implementados por el Ministerio.

El toxicólogo y director del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, Andrei Tchernitchin, se refirió al tema y sostuvo que confía más en el cálculo de la ONG y advirtió que incluso la cifra podría ser más alta si se consideran los decesos por los efectos crónicos, como los provocado por el cáncer de pulmón.

La contaminación atmosférica es el principal desafío para la autoridad ambiental en Chile. Alrededor de 10 millones de personas en el país están expuestas a una concentración promedio anual de MP2,5 superior a la norma.