Una fotografía puede ser un fiel aliado o uno de nuestros mejores enemigos. Así quedó demostrado en un nuevo episodio de Alerta Máxima, donde un allanamiento sorpresa en la cárcel de San Antonio entregó fructuosas recompensas, como estoques y celulares que delataron a sus dueños.

Y es que la captura de una simple selfie le jugó una muy mala pasada a varios presidiarios, que no aguantaron las ganas de fotografiarse dentro del recinto; situación que no terminó de buena manera para ellos.

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Lo anterior, se debió a que Gendarmería identificó a los dueños de los dispositivos móviles, prohibidos dentro de las cárceles, gracias a las fotografías encontradas en la memoria de los aparatos, las que no pudieron negar ante ninguna circunstancia.

Precisamente, las imágenes fueron comentario obligado de los televidentes por su singular contenido. Mientras uno de los reos guardaba diversas fotos personales, que se tomó en distintas poses, el otro atesoraba una tierna imagen de sí mismo haciendo un corazón con las manos… ¿La destinataria? sospechamos que se trata de su pareja.

Alerta Máxima | CHV
Alerta Máxima | CHV
Alerta Máxima | CHV
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La evidencia sirvió para tomar medidas contra ellos por su acto indisciplinar, que va en contra de las normas establecidas en este tipo de recintos. Pese a el descubrimiento los reos negaron -en primera instancia- que el aparato les perteneciera, pero finalmente no les quedó más que aceptar los gráficos hechos.

El castigo por burlar la seguridad fue lo que más les dolió a los dos reclusos delatados por sus celulares, los que escondieron en agujeros de difícil percepción visual.

Por este motivo debieron pasar 10 días en aislación, según la información compartida por Chilevisión.