Si bien para muchas mujeres los niños son “lo más bonito de la vida”, existe un gran miedo que tienen que enfrentar las futuras madres: ver su cuerpo cambiar por completo. Ese fue el caso de una madre canadiense, Joanna Venditti, quien dio a luz a cuatro niños, de los cuales dos fueron gemelos.
Joanna luchó por mantenerse en su peso ideal durante toda la vida; dieta intensiva y ejercicio lograron tonificar su figura para importantes momentos como su boda y Luna de Miel. Incluso, fue capaz de bajar con éxito los 22 kilos que subió en sus primeros dos embarazos… hasta que llegaron los gemelos.
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“Cuando descubrí que estaba esperando gemelos, no podía entender lo enorme que me iba a poner. Ya era bien conocida por tener enormes vientres de pelota de básquet cada vez que me embarazaba, ¿pero que crecieran dos bebés al mismo tiempo? Para ser honesta, estaba enloqueciendo de miedo”, detalló en su blog personal Nesting Story.
¿Cómo lo superó? “Tomé le decisión de disociar mi cuerpo de mi mente durante ese embarazo y pensar en mi cuerpo como un recipiente”, explicó. Logró mantenerse en calma hasta que dio a luz a las 37 semanas, donde descubrió lo exhausta y moreteada que la dejó la experiencia.
Joanna pasó de tener una tierna barriguita de embarazada a tener estrías, moretones y la marca de la operación de cesárea. Esto la hizo sentir pena por su mismo cuerpo, pero al mismo tiempo, orgullo por haber logrado dar a luz dos bebés perfectamente sanos.
En medio de esto, la madre descubrió al fin el amor a sí misma. “Tomé la decisión de ser amable con mi cuerpo desde ahora en adelante. Cada vez que empieza a dudar de mis nuevas curvas y heridas de guerra, miro alrededor y me pregunto a mí misma: ‘¿cuánta gente en esta habitación tuvo a dos personas creciendo dentro de su cuerpo al mismo tiempo?’
Hoy, sus bebés tienen 7 meses y ella se levanta en la madrugada para lograr ejercitar. Con orgullo, compartió su progreso en su blog, haciendo un llamado a querer nuestro cuerpo y a maravillarnos de lo que es capaz de hacer:
