Algunas lo consideran su “mejor arma”, mientras que a otras les estorba: hablamos de la crecida retaguardia que ostentan muchas mujeres. Pero un estudio indicaría que no sólo las puedes ayudar a acaparar las miradas, sino que también beneficia directamente… a los niños.

Un estudio de la Universidad de Oxford publicado en 2010 logró encontrar una directa relación entre un trasero grande y la salud de los niños. Aparentemente, las grasas “buenas” presentes en el cuerpo de la madre (como el Omega 3), ayudarían a que nacieran más sanos, como recogió el medio estadounidense Elite Daily.

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Anteriormente, diversos estudios habían comprobado que las mujeres con un buen “booty” sufren menos problemas cardíacos y de colesterol. Además de esta ventaja, el almacenamiento de Omega 3 en el trasero y muslos ayuda al desarrollo del cerebro del bebé, debido a que las grasas que recoge la leche materna provienen desde la cintura para abajo.

Las más flaquitas, no se preocupen: sólo basta incluir más grasas “sanas” dentro de la dieta, consumiendo aceites vegetales, semillas y pescado.