Bajar de peso siempre es un tema complejo, pues además de reducir la ingesta de calorías mediante la comida, se suma el ejercicio y el manejo de la ansiedad que provoca comenzar un nuevo estilo de vida.

Cuando la meta se consigue las personas suelen alegrarse y prometen nunca volver a ese estado anterior, pero cumplir esa determinación suele ser lo más difícil de todo el proceso, entre otras cosas.

Según señala el médico y portavoz de la Sociedad de la Obesidad, Adam Tsai, es importante que se hable de algunas de las consecuencias que trae el perder peso, por eso, señaló tres posibles efectos secundarios que toda persona que quiera iniciar una dieta debe saber, según consigna BioBioChile.cl.

La comida comienza a tener un sabor diferente

Perder varios kilos en corto tiempo puede alterar el paladar. Según un estudio de la Universidad de Stanford, el 87% de los pacientes que se han sometido una cirugía para bajar de peso (bariátrica) experimentaron cambios en el gusto, sintiendo los sabores con menos intensidad. El lado bueno, es que esto los ayudó a adelgazar un poco más.

Cabe señalar que aún no se sabe con certeza qué produce ese cambio, pero lo investigadores continúan trabajando en ello.

Comienzas a dormir más

Un estudio de la Universidad de Pennsylvania, llevado a cabo a mediado del 2014, asegura que las personas que consiguen bajar al menos el 5% de su peso en un periodo de 6 meses, dormían 22 minutos extras en promedio, y además ayudaba a mejorar levemente las apneas de sueño.

Dormir mejor también ayuda a que el cuerpo pueda quemar grasa más eficientemente, así que conseguir una buena noche de sueño podrá ayudar también a mantener la nueva figura.

Tus relaciones se pondrán a prueba

Bajar de peso, sin duda, ayuda a mejorar la confianza en si mismo y a sentirse más atractivo, pero según un estudio realizado en 2013 por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, también pone a prueba a las relaciones de pareja.

La transformación del cuerpo de uno de los integrantes de la relación, de cierta obliga al otro a cuestionarse sus propios hábitos y a reconsiderar sus decisiones en torno a su salud, al menos así lo señala Gail Saltz, editor de psicología de la revista de salud, Health. Además comienzan a tener miedo de perder la identidad que tienen en la pareja, y en algunos casos, el control.

Sin embargo, no todo es tan negativo, porque en ocasiones también se inspiran y comienzan a trabajar en conjunto en pro de la salud de ambos.