Es una mala práctica típica después de cantar el ‘cumpleaños feliz’. Y es que cuando el tortazo se ejecuta con fuerza desmedida, puede terminar en episodios como el de este niño chileno cuya felicidad en su día fue lanzada por la borda.

Todo iba a bien hasta el cántico. Muy dichoso se le va a ‘Checho’ a la espera de apagar las velas de su pastel, cuando la nefasta mano misteriosa se dejó caer con fuerza sobre la cabeza que terminó embetunada en crema.

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Más que molesto por la broma, el cumpleañero no encontró mejor venganza que tomar la torta y lanzarla a los presentes, dejando a todos impactados por su medida.

De igual forma, ‘Checho’, que difícilmente olvidará este día, abandonó el lugar de la celebración entre lágrimas.