La esperanza de vida de la población mundial progresó en una media de seis años desde 1990, según un vasto estudio estadístico publicado este jueves por la revista médica británica The Lancet.

La esperanza de vida media pasó de 65,3 años en 1990 a 71,5 años en 2013, según este análisis que utiliza datos estadísticos brindados por 188 países.

La esperanza de vida para los hombres aumentó en una media de 5,8 años entre 1990 y 2013, mientras que la de las mujeres lo hizo aún más, con una media de 6,6 años.

“Los progresos realizados frente a un gran número de enfermedades y (curación) de heridas son buenos e inclusive remarcables, pero podemos y debemos hacer aún más”, consideró el autor principal de este estudio, el doctor Christopher Murray, profesor en la Universidad de Washington, en un comunicado publicado por The Lancet.

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En los países ricos, ha sido el descenso por diferentes tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares lo que permitió este aumento en la esperanza de vida, señalan los investigadores.

En los países pobres, este progreso se explica por la caída de las muertes de neonatos y niños, ya sea por diarrea o enfermedades respiratorias.

Sin embargo, entre los niños menores de cinco años, las infecciones respiratorias, el paludismo y las diarreas continúan siendo las principales causas de deceso, y matan cada año a casi dos millones de niños de entre 1 mes y 5 años de edad.

La tendencia al alza de la esperanza de vida, no obstante, enmascara un importante aumento de otras enfermedades y trastornos que son causas de deceso, en particular el cáncer de hígado provocado por la hepatitis C (+125%), los trastornos graves del ritmo cardíaco (+100%), las enfermedades vinculadas al consumo de drogas (+63%), la insuficiencia renal crónica (+37%) y la diabetes (+9%).

“El enorme aumento de la acción colectiva y la financiación acordada a (la lucha contra) las grandes enfermedades infecciosas tales como la diarrea, el sarampión, la tuberculosis, el VIH/sida y el paludismo han tenido un impacto real”, considera el doctor Murray.

“Pero este estudio demuestra que algunas enfermedades crónicas mayores han sido ampliamente ignoradas y están en aumento, en particular los problemas de salud vinculados a la droga, la cirrosis hepática, la diabetes y la insuficiencia renal crónica”, añade este responsable.

Este estudio, financiado por la Fundación Gates, fue realizado a pesar de “agujeros importantes” en los datos sobre las causas de muerte en algunos países, en particular de la superpoblada India, advierte el artículo.