Con los avances tecnológicos llegaron las abreviaciones y transformación de palabras para agilizar la escritura en dispositivos móviles. También, redes sociales como Twitter, han contribuido a esto debido a la limitada cantidad de caracteres que nos ofrece para poder expresarnos.

Escribir mal es una práctica que muchas personas hacen a conciencia y netamente por un tema de rapidez y tiempo, sin embargo, hay otras que sufren con este tema porque no conocen las reglas ortográficas, lo que limita y convierte sus errores en ‘horrores’.

Según Felipe Alliende, miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, los errores que más confunden a los chilenos son las palabras homófonas, es decir, que suenan igual pero se escriben distintas, además de tener significados completamente diferente.

“Hay muchos errores ortográficos que se han generalizado y que persisten pese al uso de los correctores ortográficos de los computadores. Son aquellos en que las palabras son correctas en dos formas y no se sabe cuál es la que verdaderamente corresponde”, señaló Alliende según consigna el portal informativo BioBioChile.

De igual forma, el académico de la lengua señaló que los chilenos son muy buenos para omitir tildes, lo que es fatal, considerando que esa ‘raya’ determina el uso de ciertas palabras, como por ejemplo: ‘célebre’, ‘celebre’ y ‘celebré’. También, argumentó que en general, tendemos al mal uso de la puntuación.

Con respecto a las palabras homófonas, te dejamos con un listado de aquellas que más confusión producen en algunas personas:

“A”, preposición.
“Ha”, del verbo haber.

“Ablando”, del verbo ablandar.
“Hablando”, del verbo hablar.

“Halla”, de hallar (encontrar).
“Haya”, de haber.
“Haya”, especie de árbol.

“Abollar”, hacer abolladuras.
“Aboyar”, colocar boyas en mares o ríos.

“Arrollo”, de arrollar, atropellar.
“Arroyo”, Pequeña corriente de agua.

“Asar”, de cocinar, asar carne.
“Azar”, de casualidad.

“Bacilo”, bacteria.
“Vacilo”, de titubear.

“Callo”, dureza de la piel.
“Cayo”, Islote o peñasco.

“Rallar”, pasar algo por el rallador.
“Rayar”, Trazar rayas, líneas.

“Valla”, cerco de madera.
“Vaya”, de ir, también se utiliza como interjección.
“Baya”: Fruto.

“Había”, de haber.
“Avía”, de aviar, preparar, arreglar, disponer.

“Habría”, de haber.
“Abría”, de abrir.

“Hacía”, de hacer.
“Asía”, de asir; de tomar.

“Haremos”, de hacer.
“Aremos”, de arar.

“Haz”, de hacer.
“As”, naipe de baraja.
“Has”, de haber.

“Hasta”, preposición.
“Asta”, cuerno, mástil.

“Hay”, de haber.
“¡Ay!”, interjección para expresar dolor.
“Ahí”, adverbio de lugar.

“Hecho”, de hacer.
“Echo”, de echar.

“Hojear”, Pasar las hojas de un libro.
“Ojear”, Dar una mirada rápida.

“Hola”, Saludo.
“Ola”, movimiento del mar.

“Hora”, de las horas del día.
“Ora”, de orar.

“Deshecho”, de deshacer.
“Desecho”, de desechar.

“Casa”, vivienda.
“Caza”, acción de cazar.

“Mesa”, mueble.
“Meza”, de mecer.

“Cauce”, conducto por donde corre el agua.
“Cause”, de causar.

“Intensión”, de intensidad.
“Intención”, de propósito.

“Baso”, del verbo basar.
“Vaso”, recipiente para líquidos.
“Bazo”, víscera del cuerpo.

“Bello”, hermoso.
“Vello”, Pelo suave del cuerpo humano.

“Bienes”, caudal, fortuna.
“Vienes”, de venir.

“Botar”, arrojar, tirar.
“Votar”, emitir el voto.

“Rebelar”, levantar contra la autoridad.
“Revelar” decir un secreto, mostrar algo que no se conocía.

“Tuvo”, de tener.
“Tubo”, cilindro hueco.

“Hierba”, planta.
“Hierva”, de hervir.

“Barón”, título nobiliario.
“Varón”, persona del sexo masculino.

“Sumo”, lucha de origen japonés.
“Sumo”, de sumar.
“Zumo”, de jugo de frutas.

“Sabia”, de sabiduría
“Savia”, líquido de las plantas