Existen 922 vehículos públicos de rescate y emergencia, pero los que realmente funcionan son 433. No obstante, el Ministerio de Salud espera renovar la flota el próximo año, duplicando la cantidad hacia el 2017.

Según información de esta cartera y consignada por el medio nacional La Tercera, de las 489 ambulancias que presentan desperfectos, el 32% se encuentra en un estado “regular”, lo que implica que no han podido funcionar más de dos veces al año. El 21% restante simplemente no funciona.

Otro punto que cabe destacar es que de los más de 900 móviles sólo 230 están equipados con insumos y cuentan con personal para atender cuadros de alta complejidad, mientras que las otras sólo pueden atender emergencias básicas y traslados simples.

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En cuanto a la distribución, los servicios públicos de la Región Metropolitana cuentan 161 móviles, una abismante diferencia con el servicio que le sigue, el Maule, que posee 86. Lamentable es el caso de Arica e Iquique que en conjunto suman 17 ambulancias.

Una cifra que explica la magnitud del problema y que detalla el medio, es que la dotación de vehículos operativos para asistir a los 29 servicios de salud del país, es de una por cada 41.108 habitantes. Muy por debajo del estándar que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es de una por cada 25 mil personas.

Esta realidad coincide con la denuncia de la Asociación de Reanimadores de Chile, los que señalaron que la falta de recursos “afecta el tiempo de respuesta ante emergencias e incluso en la seguridad del personal que asiste a los pacientes al interior de las ambulancias“, consigna el diario.