Cuando bebemos alcohol, nuestras usuales inhibiciones desaparecen y nos sentimos capaces de todo… incluso de concebir un hijo con una ex pareja. Así lo demuestra la enorme cantidad de cumpleaños que se celebran en nuestro país 9 meses después del 18 de septiembre.
Pero un nuevo estudio científico llegó para cambiar este paradigma, ya que demostraron que ser un bebedor regular afecta la calidad del esperma y esta situación empeora a medida que se ingiere más cantidad, como informa el portal noticioso ABC España.
Se trata de una investigación realizada en Universidad Southern Denmark, Dinamarca, donde se analizó a más de mil varones daneses de entre 18 y 28 años.
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Todos estos voluntarios fueron encuestados sobre su consumo de alcohol: si era algo habitual y qué tan grande era la cantidad. Luego, se les analizó el semen y se valoró su fertilidad. En promedio, los participantes consumían unas 11 bebidas a la semana. De estos, un 64% reconocieron haber quedado completamente curados en una ocasión en el mes anterior, mientras que al 59% esto le había ocurrido más de dos veces.
Fue así como demostraron que no había una relación importante entre la calidad del esperma y el consumo reciente de alcohol. Tampoco lograron relacionarlo con el excesivo consumo de alcohol durante el mes anterior.
Lo que sí afectó a la fertilidad, fue el consumo de alcohol regular, el cual parece afectar los niveles de hormonas reproductivas, reduciendo los niveles de testosterona y de la hormona sexual globulina vinculante (SHBG)
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Cabe destacar que como se trata de un estudio observacional, no se pueden extraer conclusiones definitivas. Los autores de este estudio, publicado en el “British Journal”, explicaron que “dado que los jóvenes beben mucho, esto puede ser un problema de salud pública, y podría ser un factor que contribuye la baja cantidad de esperma que se ha observado en los varones occidentales”.
También agregaron que “queda por ver si la calidad del semen se restaura si la ingesta de alcohol se reduce, pero los jóvenes deben saber que un consumo habitual elevado puede afectar no sólo su salud en general, sino también su salud reproductiva”.
