Nos han dicho que mantener una relación es difícil y requiere poner esfuerzo desde las dos partes… pero nadie advirtió lo complicado que puede ser algo tan simple como compartir la cama.

Si bien es muy tierno pasar las noches de invierno haciendo cucharita, hay ciertos problemillas que siempre están a la vuelta de la esquina, tal como resume el portal femenino Cosmopolitan.

1.- Les gustan temperaturas distintas
Él puede estar sin ropa y todo sudoroso, mientras tú ya te pusiste el guatero en los pies y andas vestida con un pijama de polar -que claramente, le da más calor a él-. ¿Cuál es el motivo científico detrás de los hombres calentitos y las mujeres entumidas? Nadie lo sabe, así que por mientras habrá que tener dos ambientes en la misma cama.

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2.- Alguien siempre se mueve demasiado
En todas las parejas existe alguien con la capacidad de rodar por toda la cama o de dormir en extrañas posiciones, mientras el otro cuelga en la orilla, aterrado de recibir un manotazo o patada en pleno estado de sueño.

Johnny Wilson (cc) | Flickr
Johnny Wilson (cc) | Flickr

3.- Ronquidos
Le has apretado la nariz, pegado codazos e intentado tapar con una almohada a tu pareja porque suena como un oso dentro de una caverna cada vez que ronca. Hay muchos pololos y matrimonios que llegan a consultar a especialistas, porque claramente no es bonito despertar a las 3 de la mañana porque el otro no sabe dormir sin meter ruido.

5.- Uno de ustedes va 15 veces al baño en una noche
A veces es común que uno de los pololos tenga la vejiga del tamaño de una arvejita y deba correr al baño varias veces en la madrugada. El asunto es peor si duerme a la orilla y debe saltar a la otra persona para lograr su cometido.

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6.- Comparten la cama con amigos animales
¿Tu pololo o polola es animalista y le gusta compartir las frazadas con un perro y dos gatos? La situación puede ponerse aún más divertida si a estos les gusta meter ruido o pedir ir al baño en cierto momento de la noche.

Michael Mistretta (cc) | Flickr
Michael Mistretta (cc) | Flickr

7.- Aunque tengan una cama gigante, siempre falta espacio
Si eres de los que les gusta dormir con los brazos y piernas abiertas como una estrella de mar, probablemente pelearás constantemente por el espacio, no importa qué tan grande sea la cama.

8.- Siempre hay uno que duerme como un burrito
No hay pareja ni matrimonio en el que no exista un “acaparador de frazadas”: esa persona que duerme enrollado cual burrito y que arrastra todas las sábanas en su camino.

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9.- Gases
No importa cuánto se aguantaron al comienzo de la relación: una vez que se comparte la cama, los gases aparecerán rápidamente en el panorama.

¿Te han ocurrido estas cosas? ¿Agregarías alguna más?