No hay niño al que no lo hayan amenazado con el “Hombre del Saco” cuando no se quería comer el almuerzo. Muchos padres nombran a este personaje de leyenda sin detenerse a pensar cuál es su origen. Es por eso que el portal noticioso ABC España decidió desempolvar un caso publicado el 11 de agosto de 1910, el cual se cree que inspiró la creación de este personaje. Advertimos que el relato es sangriento y detallado.

La historia comienza en la provincia española de Almería, donde “El Moruno” veía cómo la tuberculosis iba acabando con sus fuerzas. Este hombre, que realmente se llamaba Francisco Ortega, decidió visitar a un curandero, el cual le dijo:

“El remedio es sencillo para acabar con esos ahogos: con que beba la sangre caliente de un niño y con que le pongáis después las mantecas (órganos) del propio niño sobre la tapa del pecho, ya está curado”, dijo este, según relata una antigua edición de ABC.

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A “El Moruno” se le ocurrió aceptar el consejo, así que salió de “cacería” junto a dos sujetos llamados Francisco Leona y Julio. La víctima fue un niño de sólo 7 años, llamado Bernardo González.

Este se bañaba junto a otros niños cuando los criminales aparecieron con un saco y le dijeron que irían a buscar frutos y que lo dejarían en manos de su hermano después. El chico los acompañó voluntariamente, pero pronto comenzó a asustarse del extraño y severo semblante de estos hombres, por lo que intentó huir. No lo logró: Estos abrieron el saco y lo metieron cabeza abajo en él.

Toda la familia participó en el sacrificio: “Entre Julio Hernández, su hermano Tose y su infame madre Agustina sujetaron a la desdichada criatura, en tanto que el miserable verdugo, el monstruoso Leona, provisto de una navaja de hoja y filo finísimos, abrió una ancha herida en la parte alta del costado, cortándole las arterias que afluyen al corazón”, explica el texto.

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“El Moruno” recogió la sangre de su víctima en una olla y se la bebió. No contento con esto, abrieron el cuerpo del menor con una navaja barbera y le quitaron los órganos para que el enfermo se los pusiera sobre el pecho. Luego cargaron con el cadáver hasta un barranco, donde desfiguran su rostro y otras partes de su cuerpo para volverlo irreconocible. Su cuerpo fue abandonado en un hoyo.

Lo único positivo de la historia es que todos, excepto Francisco El Moruno, confesaron el crimen. Y todos los implicados  fueron condenados a la ejecución pública, por lo que este infanticidio no quedó impune.

Aunque existen otros casos que recuerdan a la leyenda del “Hombre del Saco”, este hecho policial es el que tiene más apoyo histórico.

El documento de 1910 | ABC España
El documento de 1910 | ABC España