A menudo escuchamos a las madres comentar con alguna amiga que los hombres no son tan buenos cuidando a sus hijos cuando éstos son pequeños. Por lo general, la discusión se centra en el “instinto maternal” que desarrollan las mujeres al estar embarazada, lo que las hace suponer que tienen una conexión mayor con su hijo, por ende, estar a su cuidado sería algo totalmente natural.

Lo anterior puede tener sentido, más que mal son ellas las que albergan al nuevo ser durante nueve meses, sin embargo, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregon, asegura que los hombres pueden asumir el mismo rol que una madre (además de su papel como padre), sobre todo cuando la primera está ausente, ya que el cerebro del hombre se vuelve más activo emocionalmente y pueden generar un vínculo igual de fuerte.

La investigación titulada “La flexibilidad del cerebro del padre”, a cargo de la Dra. Sarina Saturn, y publicada en la revista científica “Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias” (PNAS, por sus siglas en inglés), consistió en un experimento en el que el cerebro de los padres fueron escaneados mientras veían vídeos de sus interacciones con niños. Luego de la actividad los investigadores descubrieron estímulos en dos sistemas del cerebro: una red emocional y otra de procesamiento mental.

Como resultado, se determinó que los padres que señalaron estar en un lugar secundario en relación a la madre y el cuidado de sus hijos, presentan una menor respuesta emocional que ésta. Sin embargo, aquellos que se encontraban criando un niño por su cuenta, indicaron una respuesta emocional similar a la de las madres que le otorgan un rol secundario de participación a sus compañeros, es decir, estos padres estarían cumpliendo ambos roles.

La científica comenta que “los cambios en la sociedad y la cultura han provocado un incremento de la participación de los hombres en el cuidado de los bebés”, comenta Saturn en la presentación de su estudio. Agregando que “la familia de hoy en día se presenta en una variedad de estructuras, y más y más personas están jugando papeles poco convencionales en el cuidado de los hijos“.

Más allá de competir sobre quién puede desempeñar un mejor papel en la educación de sus hijos, el estudio cobra relevancia en temas más complejos como los casos de divorcio, donde generalmente se falla en favor de la madre. Asimismo, puede ser un aporte a la de discusión de tópicos más controversiales como la adopción y/o cuidado de niños por parte de familias homoparentales.