Vivimos en una relación de amor y odio con ella, pero ¿la conocemos realmente?

Es la que le da sabor a tu corte preferido para el asado y luego te hace sufrir arriba de la balanza; juramos que la evitaremos a toda costa, pero luego avistamos un plato de pescado frito y hasta ahí queda nuestra fortaleza.

Nuestro conocimiento sobre las grasas aún está evolucionando y por eso los nutricionistas nos dicen que no comamos mantequilla un día y al otro, nos están pidiendo que botemos la margarina. Lo que sabemos de manera segura, es que hay cuatro tipos: poliinsaturadas, monoinsaturadas, saturadas y trans. Cada una tiene distinta composición química y por ende, diferentes efectos en nuestro cuerpo, siendo recomendado consumir las dos primeras.

En The Independent armaron un listado sobre otras propiedades de ésta, que probablemente no conoces, como su aporte energético o lo necesarias que son si quieres embarazarte.

1) La grasa aporta energía
Comemos pan, tallarines y arroz porque siempre hemos escuchado que la energía viene de los carbohidratos. Pero la grasa tampoco está pintada: ¼ de nuestra energía diaria proviene de ella y en el caso de los recién nacidos comprende hasta la mitad de su ingesta. Por ese motivo, cuando alguien se pone a dieta tiende a comprar leche o carnes bajas en grasas, para reducir rápidamente el consumo de calorías.

2) La ubicación importa
La acumulación excesiva de grasa nunca ha sido buena, pero es mucho más peligrosa si lo hace en el sector abdominal, porque se relaciona directamente con la diabetes tipo 2. Las mujeres tienden a tener más reservas subcutáneas de grasa, mientras que los hombres la concentran en el vientre; el segundo caso es el más peligroso, porque cuando estos lípidos se movilizan, los ácidos grasos entran al torrente sanguíneo y se acumulan en el hígado. También ocurre cuando las personas consumen demasiada azúcar, alcohol o si tienen enfermedades metabólicas, como diabetes.

3) Es necesaria para la fertilidad
Entre el 20 y 30% del peso del cuerpo de una mujer es grasa: casi el doble que los hombres. Es normal que esto ocurra, ya que juega un rol muy importante en la fertilidad. De hecho, si los niveles de lípidos bajan del 18%, la mujer deja de ovular (que es lo que le ocurre a las chicas que tienen anorexia). Esto ocurre porque las células adiposas son las que producen la leptina, una hormona que el cerebro debe detectar antes de enviar la señal de ovulación. Tampoco hay que abusar, porque si la grasa supera el 50% del peso del cuerpo, también se da la infertilidad.

4) Algunos ácidos grasos son esenciales
No todas las grasas son malas: algunas son muy necesarias para la salud de tu corazón, cerebro y para cuidar la visión y la piel. Pero no abuses, porque estos lípidos no se encuentran al final de un balde de pollo frito: se trata del omega 3 y omega 6, los cuales obtenemos de aceites vegetales (pepita de uva, maravilla y oliva), semillas como las nueces y pescados grasos (como la trucha, sardina y salmón).

5) Nos ayuda a absorber vitaminas
Necesitamos alrededor de 30 gramos diarios de grasa para poder absorber ciertas vitaminas. Esto se debe a que las vitaminas A, D, E y K son solubles sólo en lípidos. Así que si quieres aprovechar mejor la vitamina A que contiene una ensalada de zanahorias, puedes agregarle aceite crudo para absorberla mucho mejor.

6) No todas las grasas suben nuestro colesterol
Hay distintos tipos de lípidos y todos tienen distintos efectos del cuerpo, por eso no todos los alimentos grasos subirán tu colesterol. Por ejemplo, la grasa animal (carnes, tocino, manteca) aumenta más tus niveles que la grasa vegetal (aceite de oliva, aceite de maíz, nuez, oliva). Pero cuidado con utilizar aceites vegetales en preparaciones fritas, porque al hacerlos hervir se pierden sus propiedades.